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17 enero 2010

La Luz de las cosas, en la obra de Guillem García i Vivas.

Estimados lectores:

Tengo a bien hablarles en esta ocasión, de una exposición que con discreta divulgación en los medios y un modestísimo catalogo, que espero sea producto de la crisis económica en la que nos encontramos (me refiero por el catalogo) quedó inaugurada el pasado 12 de enero en el Centro Cultural Provincial “Las Aulas” (Plaza del mismo nombre Nº 1) de nuestra ciudad. La exposición que bajo el titulo, Vivas, homónimo del apellido del pintor Guillem García i Vivas, es una de esas muestras que nos provocan la amable sonrisa de la satisfacción y el dulce placer cuando se está delante de algo verdaderamente bien hecho y además hermoso.

Una exposición de temática única, de clara alegoría y/o referencia a la “Sagrada Familia”, obra insigne del afamado arquitecto y máximo representante del modernismo catalán, Antoni Gaudí i Cornet, que recreada a través de la obra de este pintor, llena de luminosidad el espacio expositivo del salón grande del recinto de este Centro Cultural, muy desfavorable por otra parte, si la comparamos con la pobre y aficionada muestra que se exhibe en el espacio colateral del recinto, algo más pequeño, de la autora Fina Irún, trabajo del que no hablaré, por rigurosa coherencia con los objetivos que me he planteado desde la creación de este blog, es decir, no hablo ni de exposiciones realizadas en espacios comerciales privados, (los galeristas ya sabrán a quien exponen en sus salas) ni de pintores aficionados que aun están bajo la tutoría de sus maestros, o bajo el influjo de sus carencias y limitaciones.

Pero en fin, volviendo a lo que nos ocupa…

En la exposición, veremos como el pintor, nos conduce a través del dibujo de sus cuadros, por la complejidad formal del espacio arquitectónico, de ese renovado gótico tardío o neogótico, que consagró a Gaudí con su universal obra, Vivas exalta en sus composiciones la compleja estructura de las formas, así como su hábil manejo con los tonos fríos, principalmente azules violáceos, que provocan en las composiciones, el elegante ritmo luminoso de la luz mediterránea, invitándonos con cada pieza, a participar en un sublime viaje por el complejo laberinto de las formas, que sabiamente entrelazadas y con gusto refinado, se muestran como un hermosa tela de encaje, llena de contrastes y matices anacarados nacidos de inquietas caracolas.

Los acabados de rigor, así como el hábil uso de la espátula, provocan un resultado exquisito en su factura, y la aparente atmósfera monocroma de los tonos azules, permiten al pintor incursionar en un amplio abanico de matices de gran sensualidad y belleza.

Imaginaran que después de leer esto, de más esta decirles que les recomiendo fervientemente que vayan a visitarla y espero que su deleite al contemplarla les transporte a las más sublimes sensaciones que una muestra como esta suele provocar en un publico sensible y con criterio.

Sin nada más que contar por ahora, me despido de ustedes hasta la próxima entrega.

Amaury Suárez