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01 mayo 2013

Una nueva Lledó por descubrir.


Estimados lectores.

El pasado martes 23 de abril  quedó inaugurada en el centro provincial de arte “las Aulas” la exposición monográfica de la creadora Elisa Merino Calvo, titulada “Untapped Lledó”. Para aquellos que el ingles no es lo suyo, decir que “Untapped” como adjetivo se refiere a algo que está por explotar o descubrir, con lo cual, el titulo en español sería “Lledó por descubrir” o “Lledó por explotar”, refiriéndose a las que según su creadora, son las posibilidades que aún tiene la imagen de la virgen del Lledó (y todo lo que ella representa) para ser tratada y recreada desde el punto de vista artístico.

Después de esta referencia didáctica sobre la lengua de Shakespeare, podemos entrar en materia.


Elisa Merino Calvo (que no es inglesa) es una destacada creadora multidisciplinar salmantina, residente en Castellón de amplio currículum, vinculada al arte idea o conceptualismo, para lo cual, se auxilia de diversos medios expresivos como la fotografía, los performance, las instalaciones y el video, aunque en ocasiones también utiliza la escultura y la pintura según sea su interés de discurso. Su tema principal es la identidad multicultural, además ha desarrollado obras de denuncia de la violencia y de marcado compromiso social. Donde destaca una de sus instalaciones con fotografías en el museo del Bronx de Nueva York titulada "Cartografías del hambre".

En la muestra que nos ocupa, “Untapped Lledó”, esta experimentada creadora nos ofrece su particular visión sobre uno de los “iconos” más representativos de Castellón, no solo desde el punto de vista de la arraigada tradición cultural, sino además, de aquella que lo vincula a la fe religiosa del lugar. La virgen del Lledó es sin duda el símbolo más representativo de esta comarca de la Plana Alta
que une a su alrededor, actos y sentimientos de la inmensa mayoría de sus habitantes (devotos o no) convirtiéndola en un elemento de unidad y también de distinción de la singular idiosincrasia castellonense. La exposición también nos habla del hábitat y las costumbres de los orígenes de la zona, de sus raíces, de la historia de castelloneros vinculados al medio rural, surgido entre el aroma y el color de naranjos que dieron origen a una región próspera e industrial azulejera, donde la “tierra” sigue siendo su cardinal elemento y aunque ahora no tanto, se sigue valorando el modo de vida mediterráneo y junto con él sus tradiciones.

No es muy común ver en esta sala una exposición con estas características de lenguaje, el conceptualismo es una corriente más propia de museos o galerías especializadas, en ciudades más cosmopolitas, que atraen y cultivan a un público elitista o exclusivo. Quizás por esa razón la asistencia de público hasta la fecha, resulta muy escasa y los que asisten, no alcanzan a analizarla y valorarla en su justa medida, a pesar de resultar en suma bastante anecdótica y de gran literalidad del motivo inspirador de la propuesta. Una experiencia más que pudiera abrir el tópico debate entre las corrientes contemporáneas y la inaccesibilidad o hermetismo de sus discursos para el amplio público, pero en fin, eso es otro asunto.

Lo cierto es que desde el punto de vista estrictamente formal, la exposición no hace apenas aportaciones, ni en los elementos expresivos que utiliza, con un sentido un tanto “povera”, ni en el diseño espacial que lo compone. No han sido pocas las veces que hemos visto en una exposición de este tipo, un televisor divulgando y repitiendo hasta la saciedad, el cuerpo teórico- conceptual que el creador desea exponer a los visitantes; como tampoco el tipo de “instalación” a lo “patchwork” cutre, a modo de cortina navideña, como el que nos da la bienvenida en la primera sala. Los espacios recreados como parte del todo conceptual, apuntan más a un concepto de distribución hogareña cual ama de casa, que no solo resultan bastante naif, simples y pobres, sino que además están muy trillados como imagen dentro de estas tendencias de predominio de la idea sobre la formas.

Si la intención (como se desprende del título de esta exposición) es la de proponernos incidir en una visión más elevada sobre el icono de fe que es la Virgen del Lledó y todo lo que ella representa en la cultura de Castellón, creo que la propuesta que nos platea Elisa Merino Calvo con su obra, es aún no solo insuficiente y menesterosa, sino además confusa, algo que nos puede llamar la atención sobre la “necesidad” que tienen algunos creadores de convertirlo todo, en motivo de “arte” sin un previo estudio que arroje un resultado más convincente, elevado y profundo. Incidiendo cada vez más en un arte superficial, pueril y caricaturesco, aún cuando éste, expuesto en un museo o en una galería, lo pretendamos envolver con el manto de la contemporaneidad del arte moderno.

A pesar de todo lo dicho, les exhorto a visitar esta “Untapped Lledó” de Elisa Merino Calvo, estoy seguro de que su autora les agradecerá aumentar el índice de visitas a su exposición y por otra parte, podrán ustedes mismos sacar sus propias conclusiones, ¡pero cuidado! Si al valorar el resultado de la obra, no coinciden con los pretendidos objetivos, pueden correr el riesgo de ser tildados de ignorantes, pues con acostumbrada frecuencia se suele decir que para este arte todo público que no es sumiso a sus obras es inculto y nunca está a la altura de lo expuesto, como tampoco de los artistas que lo cultivan. Espero que este no sea el caso y solo traten de ver una nueva “Lledó por descubrir”.

Hasta la próxima entrega. 

Amaury Suárez.