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07 junio 2014

Nuestros grandes olvidados.


"Cuando los pueblos emigran, los gobernantes sobran."
José Martí

Estimados lectores.

Hoy vengo a hablarles de un tema que trasciende a cualquier análisis académico, sobre la estética, la técnica o el contenido que podemos encontrar en un cuadro, una escultura o cualquier otro ejemplo de obra de arte. Hoy quiero hablarles de la obra de un creador cubano, de los muchos que han sido silenciados por el régimen autoritario de Fidel Castro, por el sólo hecho de no compartir las ideas políticas o ideológicas que proclama “su revolución cubana” y que como en tantos otros casos, han sufrido las dolorosas consecuencias de ver anularse su obra con el paso del tiempo (hoy en día prácticamente desconocida para el gran público) producto de esa eficaz y malévola herramienta propagandística que suele ponerse en marcha desde las alturas del poder castrista, para desacreditar e infravalorar el trabajo de aquellos creadores que por el solo hecho de pensar diferente, han sido calificados en forma intolerante y un tanto esquizoide como: contrarrevolucionarios, escorias, gusanos, apátridas etc. Uno de esos creadores cuya obra, como la de tantos otros, he descubierto en mi ya prolongado exilio.

En estos veinticuatro años que llevo viviendo fuera de mi país, una de las cosas que han llamado mi atención y que mucho me molesta del gobierno que impera en Cuba, es su capacidad para despreciar e invalidar la obra de los cubanos que se fueron en discordia con el régimen, anteponiendo sin ningún pudor ni respeto, la anecdótica cuestión  ideológica y partidista, al universal valor que siempre acompaña al arte, ese que nos permite distinguir y enaltecer la historia de sus pueblos. Desafortunadamente no han sido pocos los intelectuales, artistas y creadores en general, que durante más de medio siglo de dictadura castrista han sufrido el olvido y la sinrazón que ha impuesto el régimen al reconocimiento y valoración de sus obras, algo que sin lugar a duda provocará no sólo el olvido, si no la inevitable perdida de valiosos eslabones que bien podrían enriquecer aún más la historia del arte cubano, la cual no tiene porque entender y mucho menos sentirse prisionera, de fronteras ideológicas, partidistas o de regímenes totalitarios. Nombres como Joaquín Ferrer, Gina Pellón, José Mijares, Jorge Camacho, Reinaldo Arenas, Lydia Cabrera, Carlos Franqui, Guillermo Cabrera Infante, Cundo Bermúdez, Eduardo Michelsen, Carlos Alberto Montaner, Viredo Espinosa, Roberto Estopiñán o el que es hoy protagonista de mi artículo, Jorge Carruana Bances entre otros, son algunos de los pocos conocidos, y otros olvidados casos, que han sufrido junto al exilio, el descrédito gubernamental tanto a su persona, como a su obra; creadores que no quisieron sumarse a ese “proceso revolucionario” que han liderado los hermanos Castro y que hoy agoniza bajo el estigma y el desprecio que solo puede otorgársele a una dictadura de su calaña.
  
Es por ello que hoy me veo en la obligación moral de hablar de uno de ellos, quizás del menos conocido, de aquel que prefirió refugiarse en la vetusta Italia y disfrutar cual  estudiante de arte, de las enseñanzas de los maestros renacentistas, ese que no se refugió en Miami, el templo histórico y combativo del exilio cubano, pero el que siguió siendo un creador de calidad y un cubano comprometido con las libertades del individuo, porque como decía José Martí, "El único autógrafo digno de un hombre es el que deja escrito con sus obras". Por esa razón, he aquí mi póstumo homenaje al creador, al colega, al compatriota Jorge Carruana Bances (La Habana 1940 – Roma 1997)

Antes de hablar de la obra de Jorge Carruana Bances, pienso que es oportuno hacer un breve recorrido por su vida y su carrera, para de ese modo poder buscar un acercamiento mayor y mejor de su persona. Gracias a mi buena amiga Diana Caso García, persona muy ligada al artista (esposa de su hijo) y que hoy dedica gran parte del tiempo al acopio, organización e investigación de toda su obra y a la ayuda inestimable de una buena amiga de la familia, la Sra. Giulia Magnaguano, es que he podido tener el gran honor de poseer información privilegiada. He aquí algunos de sus apuntes…

Jorge Carruana Bances fue un pintor, ilustrador, diseñador grafico, caricaturista y director de cine cubano.

Nace en La Habana en el 1940, en el seno de una familia humilde, no conoció a su padre hasta los 25 años y vivió del trabajo de su madre y su hermana como encuadernadoras de libros en la editorial Omega

Carruana crece en el período en que las nuevas tendencias artísticas estadounidenses influencian la cultura cubana. En los quioscos de prensa se encontraban las publicaciones de las historietas más populares de entonces como: Tarzan, Superman, Dic Tracy, y Phantom entre otros y con la llegada de la televisión en los años 50’, Mickey Mouse, El Pato Donalds y todos los demás cartoons de la compañía Walt Disney. Personajes que terminan por marcar profundamente el curso artístico de Jorge y en consecuencia serán integrados por él en sus obras.
 
Su interés por el arte se manifiesta desde muy joven y entre el 1954 y 1957 se inscribe a la Academia de Bellas Artes San Alejandro de La Habana, donde estudia pintura, publicidad gráfica e ilustración. También entre el 1955 y el 1957 estudia en el Instituto de Diseño Grafico de La Habana.

El 1 de enero del año 1959 triunfa la Revolución y un año después se funda el Instituto  Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y Jorge Carruana, gracias a su preparación y talento natural,  y con tan sólo 21 años, entra a formar parte del primer grupo de creadores del Departamento de cartones animados del instituto.

Entre los años 1961 y 1967 obtiene premios importantes como el premio en el concurso Máscara de Carnaval, produce el film “El Gallito de Papel” que es nominado en el Festival Internacional de Leipzig y con posterioridad presentado al Festival de Cine de Londres. Recibe también el premio “Bernardo Barro” por el mejor dibujo humorístico de tema general con la obra “La Virginidad” Trabaja junto a Gutiérrez Alea en el Film “La Muerte de un Burócrata” y “Las doce sillas” y en el film “Un día en el Solar” de Eduardo Manet.

Otro  momento importante en la vida de Carruana es cuando en el 1967 dirige, junto a Myriam Acevedo los espectáculos del teatro-cabaret “El Gato Tuerto”, esta experiencia enriquece su vida cultural y profesional y al mismo tiempo le permite entrar en contacto con importantes intelectuales del momento, como por ejemplo Carlos Franqui, José (Pepe) Triana y Virgilio Pinera.

Ese mismo año participa junto a Oscar Hurtado, en la realización del “Mural Cuba Colectiva” en ocasión de celebrarse el Salón de Mayo, organizada por Carlos Franqui y en la cual participaron importantes artistas cubanos y extranjeros.

Durante estos años en el mundo intelectual, comienza a percibir las grandes limitaciones del nuevo sistema,  convenciéndose  que la nueva Cuba no le permitiría expresarse y crecer artísticamente como deseaba. Finalmente decide abandonar la isla en el 1968.

Desde este momento comienzan sus experiencias en Europa como emigrante disidente, primero en España, donde trabaja produciendo afiches e ilustraciones para libros y donde conocerá también a Gabriel García Márquez y a Julio Cortázar. Pasados dos años en España viajará con posterioridad a Italia, estableciéndose definitivamente en Roma. Desde allí, reanudará contactos con Cabrera Infante con el que mantendrá estrechas relaciones; diseñando las cubiertas de sus libros “Tres tristes tigres”, “Vista del Amanecer en el Trópico y “La Habana para un infante difunto”, publicadas en inglés por la Editorial Marlowe de New York y “Ella cantaba  boleros” publicada en español por la Editorial Alfaguara de Madrid.

Al abandonar Cuba Carruana abandona casi totalmente el mundo de la animación y comienza su aventura en la pintura. Aunque nunca pudo desvincularse totalmente de su pasión por el cine, donde continua ideando proyectos de cortometrajes de animación que dejará terminados pero que nunca han sido producidos.

Los años 70’ y 80’ fueron intensos en su trabajo expositivo, en el 77 realiza una gran exposición personal y participa en los dos homenajes realizados a Miró en Montecatini y Suiza. Siendo un creador versátil Carruana se dedica también al teatro, idea diversos proyectos de obras teatrales, entre ellos “A quien pueda interesar, His master voice” presentada en Miami en 1991 y “Así va la vida con textos de Carlos Franqui y Virgilio Pinera.

Y aunque realiza exposiciones esporádicamente, su mayor dedicación es sobre todo  la de producir incansablemente, actividad que combina con su vida política. Se inscribe en el Partido Radical Transnacional y participa activamente con el objetivo de promover la lucha por los derechos humanos, especialmente por los derechos humanos en Cuba. Otro tema que consideraba importante era la moratoria universal de la pena de muerte, junto a Piero D’ Orazio y otros importantes intelectuales y políticos italianos participa en la fundación de la Organización no gubernamental “Nessuno Tocchi Caino”, afiliada al Partido Radical y entregada activamente a esta lucha. Comprometido con su ideas Carruana realiza una pequeña serie titulada “Zattere” (“Balsas”)  expuesta en la sede del Partido Radical, la cual ilustraba el capítulo del gran éxodo cubano hacia los Estados Unidos en los años 80’

Sucesivamente organiza exposiciones y propone diferentes proyectos para obtener financiación para su producción que no obtiene. No obstante esto, continua produciendo obras incansablemente hasta su muerte a los 57 años, en Roma, el 15 de noviembre de 1997.

Análisis de su obra

Hablar de la obra de Jorge Carruana Bances es referirnos a un lenguaje donde se aglutinan varios ingredientes que arrojan más que un resultado exquisitamente estético (a veces muy cercano a lo gráfico) sí un posicionamiento y una actitud ética  ante la vida, que se alza como tribuna, reclamando aquellos discursos censurados por la estrechez intelectual de algunos retrógrados conservadores y las políticas que imperan en gobiernos de dictaduras.

Tom Wesselmann
Muy cercano a las influencias del Pop Art norteamericano, Carruana establece un paralelismo con la iconografía de algunos de los personajes televisivos y de las publicaciones juveniles de entretenimiento, principalmente las del mundo del Comic, (algo que alude y nos retrotrae a sus años de infancia) Carruana nos plantea una forma de hacer muy personal, a pesar de los innegables vínculos iconográficos con la obra de artistas tales como: Roy Lichtenstein, Andy Warhol o Tom Wesselmann, este último, en su relación con el motivo erótico, algo que en la obra de Carruana se manifiesta de una manera más explicita que en la del norteamericano; pero no por ello vulgar, ni simple ya que tanto en los aspectos compositivos, el color, así como los recursos plástico/gráficos que se emplean en sus obras, arrojan un resultado pictórico de gran elegancia y belleza, que alcanza altas cuotas de expresividad y lecturas, las cuales facilitan la mirada amable del que la observa. Para Carruana la sexualidad puede ser susceptible de contener elevados  discursos que nos hablan de la vitalidad, libertades e identidad de lo que para él representa haber nacido en un país caribeño. Donde la voluptuosidad en el sexo, bajo un prisma de total aceptación y normalidad, casi puede considerarse como un sello de identidad e idiosincrasia de sus pueblos.

Carruana además, es un artista comprometido. Comprometido con la lucha a favor de la democracia y las libertades más sagradas del individuo; a través de sus obras (al menos de una parte de ellas) sus discursos se hacen  políticos e ideológicos, discurso que lo posiciona abiertamente en contra de las injusticias y los regímenes totalitarios, como el que lo ha obligado a vivir como un exiliado alejado de su familia, sus amigos y su tierra natal, él que gracias a su condición de diseñador gráfico, hace que los discursos en esas obras resulten claros y directos como los que anuncian las consignas y eslóganes revolucionarios, esos que muchos cubanos tienen y han tenido que realizar desde hace más de 50 años, siempre por obligación y no por convicción.

Con una obra como esta, no seré yo el que emborrone cuartillas hablando de la calidad de su técnica, que sin lugar a duda responde a la de todo un profesional, alguien que hábilmente sabe conjugar el rigor, el conocimiento y el gusto. Su habilidad con el recurso del aerógrafo resulta de una gran calidad, aflorando en el resultado un delicado tratamiento que conjuga el plano a veces empleando texturas visuales, con el sutil dégradé del color. Su dibujo es firme y elegante, tanto para la representación de la figura humana, como para equilibrar el plano con una línea que recrea una tipografía de reminiscencia setentera.

Hoy he tenido el gusto de presentarles una pequeña parte de la obra y la vida de Jorge Carruana Bances, pintor, ilustrador, diseñador gráfico, caricaturista y director de cine cubano. Un creador cubano víctima de un régimen que no comulga con las libertades y los derechos del individuo y en represalia, silencia y desacredita a aquellos que no comparten sus ideas. Un hombre que de no ser por el empeño de su familia y amigos, engrosaría la dolorosa lista de los grandes olvidados.

Dolorosa anécdota y despedida:

Siempre que realizo uno de mis artículos, busco en Internet toda la información relacionada con la cuestión o el artista que vaya a tratar, es innegable que en la actualidad es ahí donde se encuentra la mayor biblioteca del mundo. De Jorge Carruana Bances no encontré nada como pintor, sólo unas breves reseñas que de forma indirecta lo mencionaban como diseñador y poca cosa más, siempre de escaso interés para el artículo; me resultó tremendamente doloroso que el único enlace que encontré donde se le dedicaba un apartado de “exclusividad” fuera el siguiente:  http://www.cemeteryrome.it/infopoint/EnRisultati.asp?Tipo=0#  es injusto que hasta el más joven de mis alumnos ya tiene en Google alguna referencia de su última actividad o exposición, sin haber aportado al arte nada, y sin tener siquiera la experiencia y curriculum de este creador. Quede pues este modesto artículo como digno homenaje a Jorge Carruana Bances un polifacético creador cubano cuyo único error fue haber crecido en un país castigado por una dictadura que desde hace mas de 50 años convierte a sus disidentes en nuestros grandes olvidados.

Hasta la próxima entrega

Amaury Suárez