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21 diciembre 2009

Políticas culturales responsables.

Estimados lectores.




Después de mi último articulo de opinión titulado “De Cal y Arena”, referido a las exposiciones que podíamos visitar en esta primera quincena del mes de diciembre en nuestra ciudad, algunos de ustedes me han preguntado el porque de la contundente valoración que hice sobre la exposición del Ateneo Cultural de Castellón titulada “Artistas del Ateneo”, resultándoles incluso paradójico, que tan desfavorable critica la hiciera, en una exposición donde se encontraba expuesto un cuadro mío, corriendo de ese modo el riesgo, de que nadie asistiera a verla, pues ya se sabe que en estos casos, a todo pintor le gusta exhibir su obra al público, aunque también hayan algunos, que en su incontrolada vanidad, prefieren exhibirse ellos antes que a su trabajo, algo que casi siempre ocurre cuando no se tiene nada que decir, o lo que se dice es bastante anodino.



Debo decir ante todo, que no creo sinceramente, que mi blog tenga un número de visitas lo suficientemente elevado para que éste pueda influenciar de manera decisiva en la conducta y conciencia de un gran numero de personas de Castellón, aunque reconozco que algunos de sus lectores son personas muy vinculadas a la especialidad y cultura de esta ciudad, por otra parte, también es cierto que me sorprendo casi a diario, por los comentarios que me hacen personas a nivel de calle sobre todo de aquellas, que sin tener su dirección de correo electrónico y no poderle avisar puntualmente de las nuevas entregas, me hacen referencia de los artículos que escribo, en cualquier caso, después de explicarles mis razones de tan contundente critica a los que me preguntaron personalmente, todos quedaron conformes con mis razones y entendieron mi parecer, siendo precisamente ese, el motivo de este nuevo articulo aclaratorio que ahora quiero compartir con todos ustedes.



Creo que la exposición de “Artistas del Ateneo” es un ejemplo más, de cómo se lleva a cabo la política cultural de esta ciudad, sin duda muy cuestionable en cuanto a los criterios que la definen, siendo algo de lo que hago responsables directos a dirigentes y políticos del sector, que tienen a su cargo la forma de diseñar y poner en practica un conjunto estructurado de acciones sociales en los organismos públicos encargados de transmitir al conjunto de la sociedad, la cultura de la región; entendida esta última, tanto en su versión restringida (como es el sector concreto de actividades culturales y artísticas) pero también considerándola de manera amplia, como el universo simbólico compartido por la comunidad, algo que sin lugar a duda debe formar parte de la piedra angular de sus objetivos y la esencia misma de la razón de ser de su trabajo .



Ejemplos que ilustran esta gestión cultural de la zona hay muchos…



De todos es sabido que Castellón tiene desde hace mucho tiempo (como el Velázquez del XVII) su “pintor de la corte”, algo que no resultaría extraño sino fuera porque los meritos que se le acreditan a su obra resultan un tanto dudosos y muy alejados de factores que poco o nada tienen que ver con cuestiones relacionadas con la calidad artística y sus aportaciones a la universalidad cultural. También hay un pequeño grupo de “elegidos” que siguiendo los pasos del primero, empiezan a saturar las plazas y lugares de esta ciudad con obras que al margen de su calidad, (importante aspecto a tener en cuenta) estas no han sido sometidas a concurso abierto, ni debida y ampliamente publicitado en los diversos medios, como virtuoso modo de ampliar el derecho a participar a otros artistas (sobre todo a los nuevos egresados de las escuelas de artes) que sin duda pueden ofrecer mas y mejor calidad que aquellas que se exhiben en la actualidad en nuestra ciudad, y sobre todo, porque así es como debiera ser planteado, respetando el espíritu democrático de una política cultural de hoy en día, mucho más participativa, abierta y en principio, con iguales derechos para todos los iguales.



Pero no es solo ese el problema que presenta la política cultural castellonense; independientemente de que por una parte, encontramos este aspecto de elección y selección “dedocratica” muy beneficioso sin duda para este grupo de “artistas”, por otro lado, vemos que la acción educadora y de perfeccionamiento personal que tiene el arte, se ve seriamente empobrecida con ejemplos como este de la exposición de “Artistas del Ateneo”. Una exposición simplista y aficionada, donde es notable la falta de rigor y exigencia en la selección de la calidad de los trabajos que se exhiben, lo cual es evidente que no ha sido avalado por un criterio profesional de selección, haciéndose notar una imagen muy pobre y nada representativa del quehacer creador de esta ciudad. Hay que tener en cuenta que una institución como el Ateneo Cultural de Castellón, así como otras afines, debe ser el escaparate ideal donde se exponga los auténticos valores artísticos y culturales de esta ciudad a todo el mundo que la visita, sea de aquí o de fuera, y para ello es necesario no solo exponer algo digno, sino además y más importante aun, dignificar la imagen de la cultura de esta tierra, a diferencia de lo que pudiera ocurrir en una galería particular, donde solo cuenta el criterio expositivo del galerista, en una institución oficial, como es el caso del Ateneo, ese criterio debe estar sujeto a una representatividad de la cultura y el arte de Castellón; resulta curioso apreciar que puede ser mas rigurosa, profesional y representativa de esta ciudad, la imagen que desde años nos viene dando galerías como Canem o Sala Braulio (por citar dos ejemplos con líneas expositivas muy diferentes) que las instituciones oficiales sujetas a una política cultural mas representativa de esta región, algo que considero sencillamente un acto de coherencia y respeto, no solo por y para el arte, sino también a la población de esta ciudad. Para ello es necesario elevar la calidad y el conocimiento no solo de aquellos que exponen su trabajo, sino también del público espectador de arte que participa. De nada vale hacer una conferencia semanal con asuntos de alta trascendencia cultural, si luego no educamos al público para que esos conocimientos sean aprovechados conscientemente, sería como seguir echando margaritas a los cerdos o sencillamente hablar a oídos de sordos.



Y ya puesto a reflexionar sobre la forma de hacer política cultural en esta ciudad, sería bueno que alguien pensara en dinamizar la participación del público a los museos y salas de artes, ya que resulta penoso, por ejemplo, que después de una sustancial inversión en la construcción del nuevo museo de la avenida Hermanos Bou, (en la imagen) la participación del publico es casi inexistente. Las actividades culturales de calidad y nivel, pueden ser divertidas, de amplia participación y muy atractivas para el amplio publico, no todo es cumplir el tipo con la semana de la Magdalena, como tampoco tienen que ser tan costosas, así que no es necesario tampoco convocar a uno de los concursos de pintura mas suculentos del panorama cultural nacional (60. 000 €) si luego se le otorga el premio a una instalación hecha con cajas de cartón y cinta adhesiva, como ocurrió en su primera edición, eso es ridículo y francamente muy pueblerino, pero tampoco hay que descuidar la calidad como ha ocurrido en la exposición de los “Artistas del Ateneo”; el arte ha demostrado a través de su historia que para ser popular, no tiene porque ser malo, ni vulgar, a pesar de que ese concepto en la actualidad, con tanta crisis de valores, cueste mucho entenderlo.



En fin queridos amigos, como dice el profesor Lluis Bonet (Barcelona, 1959. Presidente de la Asociación Economía/Cultura autor de numerosos libros y estudios en economía, gestión y políticas culturales.) “Las políticas culturales surgen y se desarrollan a partir de cuatro grandes principios:



1. El valor estratégico de la cultura como difusor de estándares simbólicos y comunicativos.

2. Como base en la que fundamentar las identidades colectivas, y por tanto las identidades de las naciones y de los estados.

3. Para tener efectos positivos, tanto económicos como sociales, al desarrollar la creatividad, la autoestima y una imagen positiva de las personas y los territorios;

4. Por la necesidad de preservar el patrimonio colectivo de carácter cultural, histórico o naturales




Es por ello que es importante que todos hagamos estas reflexiones, para ayudar a cuidar y preservar la imagen cultural que debemos mostrar al mundo como ciudad o territorio, pienso que de ese modo podremos sentirnos aun mas orgullosos del lugar donde convivimos. Debemos alejarnos de falsos clichés y payasadas seudo culturales que distraen la atención de muchos, para beneficiar los bolsillos de unos pocos. Pero sobre todo, debemos saber que son los políticos y los dirigentes culturales, los que tienen en sus manos la gran responsabilidad de ponerlo en práctica con la eficacia y el respeto que ello merita, y es por lo que creo, que siempre debemos exigírselo.




Muchas gracias




Hasta la próxima entrega.





Amaury Suárez

3 comentarios:

Vicente r m dijo...

Hola
Todos los pueblos tienen su pintor de la Corte y sus intelectuales de mesa camilla y cercanos siempre al poder local; por regla general, gestores que no tienen mucha idea y que se dejan llevar por la aduladora élite local y ambos se retroalimentan a si mismos, porque el intelectual oficial del pueblo, precisa del gestor sin formación y a su vez éste, se apoya en el primero; conocedor de sus limitaciones pero hábil; después de todo.

ENDIKA dijo...

Me alegra que toques este tema de una forma tan valiente y contundente. La realidad es tal cual la pintas. Por desgracia esto ocurre en muchos sitios donde el amiguismo y la afinidad política abren muchas puertas. En cualquier exposición o manifestación de arte debe haber un mínimo de selección y rigurosidad, esto sólo se consigue si quienes eligen forman un comité profesional. Lo mismo ocurre en la selección de esculturas para espacios públicos, ¿porqué se eligen siempre a los mismos autores?.

Carlos Asensio dijo...

Muy acertada la cuestión que se lanza al aire en uno de los comentarios ya que es algo que imagino se preguntará mucha gente. Sin ir más lejos, haciendo referencia al tema de la gestión cultural expuesto en el artículo, me he encontrado frente a un hecho relacionado con una exposición de bastante interés bajo mi punto de vista y que tuvo lugar no hace mucho tiempo en el auditorio. Dado el horario de visita un tanto atípico y para mi gusto insuficiente difusión o en su defecto inadecuada ubicación, no fué posible el poder visitarla. Así pues, esto me hace poner en entredicho la afluencia de público que pueda haber llegado a tener esta muestra.

Un abrazo!