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18 septiembre 2011

De donde no hay, no se puede sacar.

Estimados lectores.

El pasado 15 de septiembre fue sin dudas “el día de las inauguraciones” en los espacios expositivos de nuestra ciudad, aunque en este artículo de opinión solo voy a hablar de la exposición de los “artistas” del Ateneo Cultural de Castellón, que en esta ocasión y como viene siendo habitual, se exhibe con más tristeza que entusiasmo y de forma “apelotonada” en la sede de dicha institución, que como todo sabemos se encuentra ubicada en al calle Antonio Maura, 4.

En esta ocasión, la muestra recoge las obras de 45 pintores y 4 escultores, colocadas en un espacio que nos transmite una imagen expositiva decadente, sin criterio de selección y en exceso aficionada, algo que en ningún modo hace justicia y además desmerita, a los escasos ejemplos de buenos trabajos que en ella podemos encontrar, (realmente muy pocos) ni a la institución que debieran representar. Aunque al parecer a esta ultima (y teniendo en cuenta la reiterada incapacidad de demostrar lo contrario) no parece importarle mucho, así como tampoco la imagen que de ella se pueda tener, cuando se exponen y analizan ejemplos como estos.

No ahondare en las razones que me han llevado y me llevan a crearme esta opinión sobre la forma y el modo en que esta institución realiza su trabajo, (particularmente la que organiza la sección de artes plásticas) los ejemplos de las obras que ilustran este articulo, dejan fiel testimonio de ello y por otra parte, ya he hablado de este asunto de forma muy clara en mis anteriores artículos que permanecen archivados en este blog. Pero resulta realmente penoso y muy triste que en una institución como esta, que debiera funcionar como ágora de ponderación y reinar más que en otras la creatividad, el buen gusto y el espíritu autocritico que conduce a la anhelada superación y mejora, resulte cada vez más vulgar, insulsa y sin un criterio que denote profesionalidad y buenas artes; dibujándose en cada actividad de este tipo, (que ya van siendo muchas) la oscura imagen de la incompetencia y el lacerante pasotismo que ya resulta crónico y además aburrido. Quizás sus dirigentes han quedado obsoletos, incapaces, estancados en una realidad más provinciana que los hace parecer más incompetentes y antiguos para llevar a cabo un proyecto que debiera estar en constante cambio y adaptabilidad con los nuevos tiempos y las ideas. Quizás ya no tienen ilusión y además han sido inoculados por el virus de la soberbia y la ignorancia, creyendo que todo lo que se hace está muy bien hecho, algo que sería realmente muy perjudicial tanto para ellos, como para la propia institución, porque lo peor de la ignorancia es que a medida que se prolonga en el tiempo, va cogiendo confianza y nos hacemos soberbios e incapaces de aceptar las criticas sobre los errores que cometemos.

Puedo intuir que para aquellos autores de las obras que en esta ocasión he elegido para ilustrar este articulo, como ejemplos de aficionados resultados, con grandes carencias y falta de calidad, y que además tengo que decir que no son los únicos, pues como ya apuntaba anteriormente, hay muy poco bueno que ver en esta exposición, no estén en absoluto de acuerdo con mi opinión, es más, lo más probable es que se sientan incluso ofendidos porque se consideren muy buenos pintores y con la calidad necesaria para definirse como “artistas” y dignos representantes del Ateneo Cultural de Castellón, algo que puedo llegar a entender, pues la humildad y la verdadera modestia son valores que denotan un espíritu de autocritica muy elevado, acorde a una actitud virtuosa de responsabilidad y respeto, algo que suele escasear y mucho en estos tiempos. Y por otra parte, como dijo alguien una vez, quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas. Tampoco existe en estos momentos y desde hace algún tiempo, un equipo de dirigentes con riguroso criterio, que haga posible un trabajo que dignifique la imagen de una institución como esta, que debiera actuar como un valioso eslabón de la autentica cultura de esta ciudad y región, por lo que lamentablemente resulta lógico y natural, que de donde no hay, no se pueda sacar.

Hasta la próxima entrega

Amaury Suárez

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