"Cuando
los pueblos emigran, los gobernantes sobran."
José
Martí
Estimados
lectores.
Hoy
vengo a hablarles de un tema que trasciende a cualquier análisis académico,
sobre la estética, la técnica o el contenido que podemos encontrar en un
cuadro, una escultura o cualquier otro ejemplo de obra de arte. Hoy quiero
hablarles de la obra de un creador cubano, de los muchos que han sido
silenciados por el régimen autoritario de Fidel Castro, por el sólo hecho de no
compartir las ideas políticas o ideológicas que proclama “su revolución cubana”
y que como en tantos otros casos, han sufrido las dolorosas consecuencias de
ver anularse su obra con el paso del tiempo (hoy en día prácticamente
desconocida para el gran público) producto de esa eficaz y malévola herramienta
propagandística que suele ponerse en marcha desde las alturas del poder
castrista, para desacreditar e infravalorar el trabajo de aquellos creadores que
por el solo hecho de pensar diferente, han sido calificados en forma intolerante
y un tanto esquizoide como: contrarrevolucionarios, escorias, gusanos,
apátridas etc. Uno de esos creadores cuya obra, como la de tantos otros, he
descubierto en mi ya prolongado exilio.
En
estos veinticuatro años que llevo viviendo fuera de mi país, una de las cosas
que han llamado mi atención y que mucho me molesta del gobierno que impera en
Cuba, es su capacidad para despreciar e invalidar la obra de los cubanos que se
fueron en discordia con el régimen, anteponiendo sin ningún pudor ni respeto,
la anecdótica cuestión ideológica y
partidista, al universal valor que siempre acompaña al arte, ese que nos
permite distinguir y enaltecer la historia de sus pueblos. Desafortunadamente
no han sido pocos los intelectuales, artistas y creadores en general, que durante
más de medio siglo de dictadura castrista han sufrido el olvido y la sinrazón que
ha impuesto el régimen al reconocimiento y valoración de sus obras, algo que sin
lugar a duda provocará no sólo el olvido, si no la inevitable perdida de
valiosos eslabones que bien podrían enriquecer aún más la historia del arte
cubano, la cual no tiene porque entender y mucho menos sentirse prisionera, de
fronteras ideológicas, partidistas o de regímenes totalitarios. Nombres como Joaquín
Ferrer, Gina Pellón, José Mijares, Jorge Camacho, Reinaldo Arenas, Lydia
Cabrera, Carlos Franqui, Guillermo Cabrera Infante, Cundo Bermúdez, Eduardo Michelsen,
Carlos Alberto Montaner, Viredo Espinosa, Roberto Estopiñán o el que es hoy
protagonista de mi artículo, Jorge Carruana Bances entre otros, son algunos de
los pocos conocidos, y otros olvidados casos, que han sufrido junto al exilio, el
descrédito gubernamental tanto a su persona, como a su obra; creadores que no quisieron
sumarse a ese “proceso revolucionario” que han liderado los hermanos Castro y
que hoy agoniza bajo el estigma y el desprecio que solo puede otorgársele a una
dictadura de su calaña.
Es
por ello que hoy me veo en la obligación moral de hablar de uno de ellos,
quizás del menos conocido, de aquel que prefirió refugiarse en la vetusta
Italia y disfrutar cual estudiante de
arte, de las enseñanzas de los maestros renacentistas, ese que no se refugió en
Miami, el templo histórico y combativo del exilio cubano, pero el que siguió
siendo un creador de calidad y un cubano comprometido con las libertades del
individuo, porque como decía José Martí, "El único autógrafo digno de un
hombre es el que deja escrito con sus obras". Por esa razón, he aquí mi
póstumo homenaje al creador, al colega, al compatriota Jorge Carruana Bances
(La Habana 1940 – Roma 1997)
Antes
de hablar de la obra de Jorge Carruana Bances, pienso que es oportuno hacer un
breve recorrido por su vida y su carrera, para de ese modo poder buscar un acercamiento
mayor y mejor de su persona. Gracias a mi buena amiga Diana Caso García,
persona muy ligada al artista (esposa de su hijo) y que hoy dedica gran parte
del tiempo al acopio, organización e investigación de toda su obra y a la ayuda
inestimable de una buena amiga de la familia, la Sra. Giulia Magnaguano, es que
he podido tener el gran honor de poseer información privilegiada. He aquí
algunos de sus apuntes…
Jorge
Carruana Bances fue un pintor, ilustrador, diseñador grafico, caricaturista y
director de cine cubano.
Nace
en La Habana en el 1940, en el seno de una familia humilde, no conoció a su
padre hasta los 25 años y vivió del trabajo de su madre y su hermana como
encuadernadoras de libros en la editorial Omega
Carruana
crece en el período en que las nuevas tendencias artísticas estadounidenses
influencian la cultura cubana. En los quioscos de prensa se encontraban las
publicaciones de las historietas más populares de entonces como: Tarzan,
Superman, Dic Tracy, y Phantom entre otros y con la llegada de la televisión en
los años 50’, Mickey Mouse, El Pato Donalds y todos los demás cartoons de la compañía
Walt Disney. Personajes que terminan por marcar profundamente el curso
artístico de Jorge y en consecuencia serán integrados por él en sus obras.
Su
interés por el arte se manifiesta desde muy joven y entre el 1954 y 1957 se
inscribe a la Academia de Bellas Artes San Alejandro de La Habana, donde
estudia pintura, publicidad gráfica e ilustración. También entre el 1955 y el
1957 estudia en el Instituto de Diseño Grafico de La Habana.
El 1
de enero del año 1959 triunfa la Revolución y un año después se funda el
Instituto Cubano del Arte e Industria
Cinematográficos (ICAIC) y Jorge Carruana, gracias a su preparación y talento
natural, y con tan sólo 21 años, entra a
formar parte del primer grupo de creadores del Departamento de cartones
animados del instituto.
Entre
los años 1961 y 1967 obtiene premios importantes como el premio en el concurso
Máscara de Carnaval, produce el film “El Gallito de Papel” que es nominado en
el Festival Internacional de Leipzig y con posterioridad presentado al Festival
de Cine de Londres. Recibe también el premio “Bernardo Barro” por el mejor
dibujo humorístico de tema general con la obra “La Virginidad” Trabaja junto a
Gutiérrez Alea en el Film “La Muerte de un Burócrata” y “Las doce sillas” y en
el film “Un día en el Solar” de Eduardo Manet.
Otro momento importante en la vida de Carruana es
cuando en el 1967 dirige, junto a Myriam Acevedo los espectáculos del teatro-cabaret
“El Gato Tuerto”, esta experiencia enriquece su vida cultural y profesional y
al mismo tiempo le permite entrar en contacto con importantes intelectuales del
momento, como por ejemplo Carlos Franqui, José (Pepe) Triana y Virgilio Pinera.
Ese
mismo año participa junto a Oscar Hurtado, en la realización del “Mural Cuba
Colectiva” en ocasión de celebrarse el Salón de Mayo, organizada por Carlos
Franqui y en la cual participaron importantes artistas cubanos y extranjeros.
Durante
estos años en el mundo intelectual, comienza a percibir las grandes
limitaciones del nuevo sistema,
convenciéndose que la nueva Cuba
no le permitiría expresarse y crecer artísticamente como deseaba. Finalmente
decide abandonar la isla en el 1968.
Desde
este momento comienzan sus experiencias en Europa como emigrante disidente,
primero en España, donde trabaja produciendo afiches e ilustraciones para
libros y donde conocerá también a Gabriel García Márquez y a Julio Cortázar.
Pasados dos años en España viajará con posterioridad a Italia, estableciéndose
definitivamente en Roma. Desde allí, reanudará contactos con Cabrera Infante
con el que mantendrá estrechas relaciones; diseñando las cubiertas de sus
libros “Tres tristes tigres”, “Vista del Amanecer en el Trópico y “La Habana
para un infante difunto”, publicadas en inglés por la Editorial Marlowe de New
York y “Ella cantaba boleros” publicada
en español por la Editorial Alfaguara de Madrid.
Al
abandonar Cuba Carruana abandona casi totalmente el mundo de la animación y comienza
su aventura en la pintura. Aunque nunca pudo desvincularse totalmente de su
pasión por el cine, donde continua ideando proyectos de cortometrajes de
animación que dejará terminados pero que nunca han sido producidos.
Los
años 70’ y 80’ fueron intensos en su trabajo expositivo, en el 77 realiza una
gran exposición personal y participa en los dos homenajes realizados a Miró en
Montecatini y Suiza. Siendo un creador versátil Carruana se dedica también al
teatro, idea diversos proyectos de obras teatrales, entre ellos “A quien pueda
interesar, His master voice” presentada en Miami en 1991 y “Así va la vida con
textos de Carlos Franqui y Virgilio Pinera.
Y
aunque realiza exposiciones esporádicamente, su mayor dedicación es sobre
todo la de producir incansablemente,
actividad que combina con su vida política. Se inscribe en el Partido Radical
Transnacional y participa activamente con el objetivo de promover la lucha por
los derechos humanos, especialmente por los derechos humanos en Cuba. Otro tema
que consideraba importante era la moratoria universal de la pena de muerte,
junto a Piero D’ Orazio y otros importantes intelectuales y políticos italianos
participa en la fundación de la Organización no gubernamental “Nessuno Tocchi
Caino”, afiliada al Partido Radical y entregada activamente a esta lucha.
Comprometido con su ideas Carruana realiza una pequeña serie titulada “Zattere”
(“Balsas”) expuesta en la sede del
Partido Radical, la cual ilustraba el capítulo del gran éxodo cubano hacia los
Estados Unidos en los años 80’
Sucesivamente
organiza exposiciones y propone diferentes proyectos para obtener financiación
para su producción que no obtiene. No obstante esto, continua produciendo obras
incansablemente hasta su muerte a los 57 años, en Roma, el 15 de noviembre de
1997.
Análisis de su obra
Hablar
de la obra de Jorge Carruana Bances es referirnos a un lenguaje donde se
aglutinan varios ingredientes que arrojan más que un resultado exquisitamente
estético (a veces muy cercano a lo gráfico) sí un posicionamiento y una actitud
ética ante la vida, que se alza como
tribuna, reclamando aquellos discursos censurados por la estrechez intelectual de
algunos retrógrados conservadores y las políticas que imperan en gobiernos de
dictaduras.
|
Tom Wesselmann |
Muy
cercano a las influencias del Pop Art norteamericano, Carruana establece un
paralelismo con la iconografía de algunos de los personajes televisivos y de
las publicaciones juveniles de entretenimiento, principalmente las del mundo
del Comic, (algo que alude y nos retrotrae a sus años de infancia) Carruana nos
plantea una forma de hacer muy personal, a pesar de los innegables vínculos
iconográficos con la obra de artistas tales como: Roy Lichtenstein, Andy Warhol
o Tom Wesselmann, este último, en su relación con el motivo erótico, algo que
en la obra de Carruana se manifiesta de una manera más explicita que en la del
norteamericano; pero no por ello vulgar, ni simple ya que tanto en los aspectos
compositivos, el color, así como los recursos plástico/gráficos que se emplean
en sus obras, arrojan un resultado pictórico de gran elegancia y belleza, que
alcanza altas cuotas de expresividad y lecturas, las cuales facilitan la mirada
amable del que la observa. Para Carruana la sexualidad puede ser susceptible de
contener elevados discursos que nos
hablan de la vitalidad, libertades e identidad de lo que para él representa haber
nacido en un país caribeño. Donde la voluptuosidad en el sexo, bajo un prisma
de total aceptación y normalidad, casi puede considerarse como un sello de
identidad e idiosincrasia de sus pueblos.
Carruana
además, es un artista comprometido. Comprometido con la lucha a favor de la
democracia y las libertades más sagradas del individuo; a través de sus obras
(al menos de una parte de ellas) sus discursos se hacen políticos e ideológicos, discurso que lo
posiciona abiertamente en contra de las injusticias y los regímenes
totalitarios, como el que lo ha obligado a vivir como un exiliado alejado de su
familia, sus amigos y su tierra natal, él que gracias a su condición de
diseñador gráfico, hace que los discursos en esas obras resulten claros y
directos como los que anuncian las consignas y eslóganes revolucionarios, esos
que muchos cubanos tienen y han tenido que realizar desde hace más de 50 años,
siempre por obligación y no por convicción.
Con
una obra como esta, no seré yo el que emborrone cuartillas hablando de la
calidad de su técnica, que sin lugar a duda responde a la de todo un
profesional, alguien que hábilmente sabe conjugar el rigor, el conocimiento y
el gusto. Su habilidad con el recurso del aerógrafo resulta de una gran
calidad, aflorando en el resultado un delicado tratamiento que conjuga el plano
a veces empleando texturas visuales, con el sutil
dégradé del color. Su dibujo es firme y elegante, tanto para la
representación de la figura humana, como para equilibrar el plano con una línea
que recrea una tipografía de reminiscencia setentera.
Hoy
he tenido el gusto de presentarles una pequeña parte de la obra y la vida de
Jorge Carruana Bances, pintor, ilustrador, diseñador gráfico, caricaturista y
director de cine cubano. Un creador cubano víctima de un régimen que no comulga
con las libertades y los derechos del individuo y en represalia, silencia y
desacredita a aquellos que no comparten sus ideas. Un hombre que de no ser por
el empeño de su familia y amigos, engrosaría la dolorosa lista de los grandes
olvidados.
Dolorosa
anécdota y despedida:
Siempre
que realizo uno de mis artículos, busco en Internet toda la información
relacionada con la cuestión o el artista que vaya a tratar, es innegable que en
la actualidad es ahí donde se encuentra la mayor biblioteca del mundo. De Jorge
Carruana Bances no encontré nada como pintor, sólo unas breves reseñas que de
forma indirecta lo mencionaban como diseñador y poca cosa más, siempre de escaso
interés para el artículo; me resultó tremendamente doloroso que el único enlace
que encontré donde se le dedicaba un apartado de “exclusividad” fuera el
siguiente:
http://www.cemeteryrome.it/infopoint/EnRisultati.asp?Tipo=0# es injusto
que hasta el más joven de mis alumnos ya tiene en Google alguna referencia de
su última actividad o exposición, sin haber aportado al arte nada, y sin tener
siquiera la experiencia y curriculum de este creador. Quede pues este modesto
artículo como digno homenaje a Jorge Carruana Bances un polifacético creador
cubano cuyo único error fue haber crecido en un país castigado por una
dictadura que desde hace mas de 50 años convierte a sus disidentes en nuestros
grandes olvidados.
Hasta
la próxima entrega
Amaury
Suárez