Muy estimados lectores, no se porque extraño motivo, ni a que justificada razón responde, pero desde hace algún tiempo a esta parte, están surgiendo con relativa frecuencia en los espacios públicos de nuestra ciudad, esculturas del pintor Melchor Zapata, la más conocida, el “Tombatossals” en la avenida Lledó, pero también, “El Arrancapins”, el “Toro” en la plaza de España, junto al parque Ribalta, “EL Árbol” en Burriana y por ultimo “Maternidad” en la plaza de la Hierba de Castellón entre algunas mas diseminadas por diversas ciudades de la comarca, y no es que esto me resulte algo malo en principio, sino fuera porque a parte de no aportar en la inmensa mayoría de ellas, ningún valor referente, ni en lo estético, ni en lo artístico, tampoco lo hace en su relación con el entorno urbanístico, donde muchas veces, o no se ha pensado en un concepto armónico y coherente de las escalas y las proporciones, o bien el emplazamiento del lugar elegido no es el más idóneo. Quizás el motivo de tanta pobreza técnica y conceptual se deba, a que como el mismo suele decir en sus entrevistas, se reconoce más como pintor, que como escultor, algo que le honra por su sinceridad y franqueza (aunque particularmente considere, que es igual de anodino, en ambas disciplinas artísticas) pero esto algo que no tendría tampoco mayor importancia, sino fuera porque la critica de esta ciudad, al parecer no comparte este criterio, la cual ensalzándolo y haciéndose eco en los periódicos de mayor tirada de esta localidad, ha llegado a considerarlo “un genio”, “un maestro del color” y hasta se ha atrevido a comparado, en lo que considero un ataque de “delirium tremens”, con el mismísimo Miguel Ángel Buonarotti, a ver señores, como decía el portero del edificio, en una popular serie televisiva, “un poquito de por favor” está bien la cortesía y la amabilidad, está bien, que se halague al “artista”, incluso está muy bien, que se le invite a comer una paella si se quiere, pero de ahí, a comparar a Melchor Zapata, con el escultor por excelencia de todos los tiempos, al autor de obras de tan excelso virtuosismo, como lo son “El Moisés”, “La Pietat”, o el archiconocido “David” es cuanto menos de una desproporción absurda, de tal incoherencia intelectual, que haría enrojecer de vergüenza, al más inculto de esta nuestra “comunitat”, pero bueno, como dice el refrán, “en la variedad se encuentra el gusto” y en la huerta del Señor, podemos encontrarnos de todo, incluidos aquellos raros “especimenes” que cometen tan inexplicables errores, impropios de alguien que ha dedicado sus estudios a la critica especializada en arte. Y esto aunque nos pueda parecer raro, es sin lugar a duda, la piedra angular de cómo se concibe y se trata el Arte en esta ciudad, porque al parecer, no se quiere entender aun, que cuando se eleva hasta el delirio al que no es más que un aficionado con cierta gracia, se infravalora a aquellos que merecen un mejor y mayor reconocimiento de su trabajo. Si somos capaces de equiparar en una comparación absurda, a Melchor Zapata con Miguel Ángel Bonarotti o a Juan Ripollés con Pablo Picasso, entonces es que se ha perdido el rumbo y junto con el, la pérdida de valores que marcan las diferencias entre lo culto y lo vulgar, entre lo profesional y lo aficionado, entonces se es incapaz de diferenciar la autenticidad de un jarrón de porcelana china, de cualquiera de sus históricas dinastías, con uno de losa, que podemos comprar en una tienda barata oriental de todo a un euro. Cosas como estas, son las que les hacen ser ignorantes patológicos, es decir, cultos sin cultura, especialistas sin instrucción y sobre todo y para mayor vergüenza, muy injustos.
Pero retomando el tema que hoy nos ocupa, que no es otro que la reveladora propagación de la obra escultórica de Melchor Zapata, siempre he pensado (y no solo en este caso) que es injustificada tantas asignaciones de proyectos a una misma persona, porque estoy convencido de que en nuestra ciudad, contamos con jóvenes creadores, egresados de las escuelas y talleres de Arte de Castellón, Valencia y Alicante, mucho mejor preparados y que aportarían mayor calidad y frescura, tanto en las técnicas como en los contenidos de los proyectos, claro que para que esto ocurra, la política de “encargos” tendría que ser mas heterogénea y justa, pues tal parece como si solo existieran los mismos “elegidos” para diseñar el “arte” de esta zona, y puedo entender que los haya, pero lo que me molesta, es que pretendan convencernos de una calidad y unos valores artísticos inexistentes, otorgándoles un lugar injustamente merecido, que no solo ofende a la razón y al intelecto de los que vemos mas allá de las fronteras de esta ciudad, dejándonos indirectamente como ignorantes, sino que además, nos hiere mucho a los ojos y al corazón. Y es que en realidad, salvo escasas excepciones, aquí los hay malos en el oficio, muy malos en las ideas y peores en las dos cosas.
En el caso de Melchor Zapata, tanto el trabajo que realiza en pintura, como en la escultura, podría calificarlo de aficionadamente digno, sin duda es un gran trabajador y prueba de ello, son sus regulares exposiciones y proyectos que acomete en cortos períodos de tiempo. Pero en Arte no solo el trabajo cuenta, hay que hacerlo desde el estudio, la investigación y desde un espíritu de superación constante, tratando siempre de aportar aunque sea en una pequeña parte, distinción, calidad y amor en las propuestas. Pero al hacerse tan reiterativo y omnipresente en nuestros paseos de domingo por esta ciudad, nos permite descubrir en cada obra, sus más autenticas carencias y errores. Y es que lo bueno queridos amigos, si es breve, dos veces bueno, un atracón aunque sea de caviar (suponiendo que este sea el caso) nos pude resultar indigesto, no solo a las bocas que saben degustar y apreciar los sabores, sino también a las que engullen como inciviles.
Muchas gracias
Amaury Suárez
Pero retomando el tema que hoy nos ocupa, que no es otro que la reveladora propagación de la obra escultórica de Melchor Zapata, siempre he pensado (y no solo en este caso) que es injustificada tantas asignaciones de proyectos a una misma persona, porque estoy convencido de que en nuestra ciudad, contamos con jóvenes creadores, egresados de las escuelas y talleres de Arte de Castellón, Valencia y Alicante, mucho mejor preparados y que aportarían mayor calidad y frescura, tanto en las técnicas como en los contenidos de los proyectos, claro que para que esto ocurra, la política de “encargos” tendría que ser mas heterogénea y justa, pues tal parece como si solo existieran los mismos “elegidos” para diseñar el “arte” de esta zona, y puedo entender que los haya, pero lo que me molesta, es que pretendan convencernos de una calidad y unos valores artísticos inexistentes, otorgándoles un lugar injustamente merecido, que no solo ofende a la razón y al intelecto de los que vemos mas allá de las fronteras de esta ciudad, dejándonos indirectamente como ignorantes, sino que además, nos hiere mucho a los ojos y al corazón. Y es que en realidad, salvo escasas excepciones, aquí los hay malos en el oficio, muy malos en las ideas y peores en las dos cosas.
En el caso de Melchor Zapata, tanto el trabajo que realiza en pintura, como en la escultura, podría calificarlo de aficionadamente digno, sin duda es un gran trabajador y prueba de ello, son sus regulares exposiciones y proyectos que acomete en cortos períodos de tiempo. Pero en Arte no solo el trabajo cuenta, hay que hacerlo desde el estudio, la investigación y desde un espíritu de superación constante, tratando siempre de aportar aunque sea en una pequeña parte, distinción, calidad y amor en las propuestas. Pero al hacerse tan reiterativo y omnipresente en nuestros paseos de domingo por esta ciudad, nos permite descubrir en cada obra, sus más autenticas carencias y errores. Y es que lo bueno queridos amigos, si es breve, dos veces bueno, un atracón aunque sea de caviar (suponiendo que este sea el caso) nos pude resultar indigesto, no solo a las bocas que saben degustar y apreciar los sabores, sino también a las que engullen como inciviles.
Muchas gracias
Amaury Suárez
Seguiremos informando…
4 comentarios:
Pues claramente en la ciudad de castellón entre el Ripollés y Zapate poco tenemos que hacer los otros, que consideramos que el arte y la política deben llevar caminos separados.
Con la distribución que hacen los políticos del dinero público para un arte público, es claramente partidista. Pero lo peor es que apuestan artistas regionales, de abanzada edad y la verdad sin ningún tipo de rigor artístico, no aportan nada nuevo.
Estas actuacines en el espacio público cada vez más lo convierten en privado desde y para las instituciones, claras herramientas propagandisticas de poder, donde pretenden engañar a la población con un falso criterio artístico.
Gracias por hablar con franqueza, sinceridad y criterio, que no se apagen tus palabras y espero que surjan efecto y no se las lleve el viento
Como ex-habitante de Castellón me pregunto el porqué de su escasa repercusión cultural más allá de la provincia cuando desde los medios locales se nos bomabardeaba día si,día también con las excelencias de sus supuestos genios .La respuesta ya la has dado tú ,no es oro todo lo que reluce.Está claro que no sólo son responsables las autoridades ,ya que parte de la escasa calidad y vida cultural son sus ciudadanos ,que parecen haber perdido el interés y la curiosidad por el mundo del arte y se conforman con aceptar aquello que les viene impuesto,cuyos valores prácticamente invitan a abandonar el goce estético y reflexionar sobre aspectos más materiales de sus vidas.
Aún así las autoridades y sus portavoces parecen tener una percepción cuasi divina de ellos mismos ,cuando es evidente que no son capaces de reflexionar sobre los criterios estéticos más simples ,reduciéndolo todo a un mero compadreo basado en su propio beneficio económico.Desde la perspectiva que me otorga haber vivido en la provincia ,y no sólo como artista amante de su trabajo si no también como espectador ansioso de contemplar obras cuya calidad sea incontestable,te deseo mucha suerte en tu labor divulgativa ,cuyos argumentos están sólidamente cimentados en la sinceridad y no en la conveniencia y vacuidad de palabra a la que nos tienen acostumbrados los "expertos" de la materia.Por mucho que se empeñen en oscurecer la verdad con sus polvorientas cortinas ,la luz del arte seguirá ahí fuera y si se empeñan en enrocarse en su postura flaco favor le estarán haciendo a la sociedad a la que dicen educar.
Un abrazo brother
En mi ignorancia, confieso que no conozco la obra de Melchor Zapata, por lo tanto no voy a ser tan osada (soy ignorante pero no tanto)como para opinar sobre algo que desconozco. Sin embargo sí conozco la obra de Miguel Angel, un poco, como espectadora del arte y por supuesto desde un punto de vista no profesional.
En mi desconocimiento del arte de esculpir, intuyo que lo más dificil de la escultura es darle realidad, no digo realismo, sino esa realidad que transmite sentimientos o sensaciones. Admiro la grandiosidad estática de las obras del antiguo Egipto, admiro a los griegos. Me encantó la obra de Auguste Rodin. Sin embargo ninguna de estas obras, siendo geniales, me impresionó tanto como la Pietá y el Moises. Son palabras mayores, obras que se han de escribir con mayúsculas, pocas obras pasadas, presentes y futuas, podrán colocarse, sin desmerecer, al lado de estas. El movimiento, la fuerza, el sentimiento que reflejan estas imágenes, superan lo humano y entran a formar parte de lo divino, del Arte. Por eso cuando se habla de Michelagelo Buonarroti, hablamos de "El Divino".
Asun.
Una vez más, felicidades por la calidad del artículo y por poner a disposición de los internautas este blog de opinión con una apertura al diálogo y la expresión de las opiniones y argumentos de cada cual.
Centrándonos en el tema que nos ocupa, decir que en el caso de Melchor Zapata y más concretamente en su escultura, si se hace una comparativa (desde mi punto de vista personal) podemos apreciar una solución estética más elegante y con una mayor fuerza en el contenido
que en la caso de Ripollés. Todo ello, basado en que la temática predominante resulta estar centrada en elementos de referencia en nuestra la provincia o en algún personaje de novela mítica de la misma. Eso sí, puesto que estamos hablando de una escultura destinada a ser ubicada en un espacio público entran en juego muchos más factores, como los comentados, que no se han tenido en cuenta.
En lo referente a su pintura, si que es cierto que muestra una mayor carencia de recursos técnicos y de soluciones plásticas. Todo ello, redunda en una monotonía fruto de dicha repetición por lo que he podido apreciar en algunas exposiciones que he visto suyas. Por otra parte, me parece muy lícito el tildar de aberrante el calificativo de "genio" que se le haya podido atribuir y más si se le ha llegado a comparar con el gran Miguel Ángel.
En último lugar, que decir que no se haya dicho con respecto a la poca amplitud de miras a la hora de realizar estos "encargos" nada más que los de siempre.
Un abrazo!!
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