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23 abril 2010

Las prisas son malas consejeras.

Estimados lectores

El pasado 13 de abril quedó inaugurada en la galería del Centro Cultural provincial “Las aulas”, una exposición del pintor Giovanny Bustos, una muestra que aunque agradable en un principio, esta se nos presenta muy disímil en la factura y acabado de las obras, vacía de contenido, aunque con gran predominio del retrato, y poco cuidada en la presentación del conjunto. Al parecer, mucha prisa tenía el autor por enseñárnosla, ya que como pude comprobar al visitarla, el rancio olor del aceite en las telas, invadía todo el espacio expositivo como diciéndonos, "mírame pero no me toques". Quizás hubiera sido oportuno, recurrir al ya clásico cartelito de los bancos del parque, donde una vez saneados, se les coloca la preceptiva advertencia, “cuidado, pinta”.

Pero bromas a parte y al margen de estas pequeñas anécdotas propias de los capítulos de principiantes, que siempre carecen de tiempo, porque suelen dejar las cosas para el ultimo momento, la muestra pretende darnos a conocer las habilidades de su autor en la manipulación de la técnica, y créanme si les digo, que hay voluntad y empeño por parte de Giovanny Bustos, en convencer y demostrar su dominio en el oficio; pero afortunadamente la verdad siempre aparece franca y desnuda ante el ojo del experto, que sabe leer en cada cuadro la esencia misma de su lenguaje. Quizás tenga suerte y pueda convencer a aquellos que suelen confundir soltura con descuido o fuerza con descontrol del gesto de la pincelada; de hecho en el catálogo que acompaña a la exposición, ya vemos un desafortunado ejemplo de tal “confusión”, donde bajo la rubrica de J. A. Chardoné podemos leer… “Su gran capacidad de ejecución es de tal fuerza que me atrevo a considerarlo como el Gran CEZANNE de esta actualidad inerte a la evolución de la plástica”. Frases como esta, solo pueden producirse por dos únicos motivos, o porque el que escribe es un gran e incondicional amigo o familiar del autor, y ya sabemos todos que la familia unida jamás será vencida, y los trapos sucios se lavan dentro de casa, o porque el que escribe es un ignorante de grandes dimensiones para atreverse a hacer tamaña comparación. Personalmente le aconsejaría al Sr. Chardoné, siempre desde el respeto que el me merece, que aprovechara la fonética de tan enológico apellido, para escribir del preciado néctar del Dios Baco, quizás el aval proporcionado por tan linajudo factor, le ayude a transmitir en un futuro, más autoridad y sapiencia en las opiniones que nos exprese en un catálogos.

Pero a pesar de esto, quiero decir que la exposición de Giovanny Bustos, bien merece la pena ser visitada, pues existen algunos pocos ejemplos(como los que se ven recogido en este artículo) donde el autor demuestra un certero dominio técnico, tanto de los aspectos estructurales del dibujo, como del ajuste del matiz y control de la pincelada en los retratos, donde sí podemos disfrutar y deleitarnos con su buen hacer.

Intuyo que la causa principal para que esta exposición no posea los ingredientes de una armónica presentación, donde podemos apreciar esos desniveles de calidad en las obras, se debió seguramente a las prisas por exponer, sin tener muy en cuenta el número de piezas que sería suficiente para el espacio previsto, viéndose obligado el autor a realizar algunas de última hora, sin el preceptivo cuidado, rigor y tiempo necesario para realizarla, algo que siempre debe exigirse de una exposición personal.

Espero que esto le haya servido de experiencia a Giovanny Bustos, pues siempre será mejor no exponer, que mostrar un resultado tan dispar en la calidad de las obras de una exposición.

Y es que ya lo dice el refrán, las prisas siempre son malas consejeras.

Hasta la próxima entrega

Amaury Suárez

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