Estimados lectores:
Una vez más el Ateneo Cultural de Castellón, situado en la calle Antonio Maura Nº 4, nos regala una de sus exposiciones más representativas del curso; la que recoge las pinturas de sus artistas miembros, con el tema “Autorretratos”, la cual quedó inaugurada el pasado jueves 3 de junio y que en esta ocasión, como en ediciones anteriores, salvando escasísimas excepciones, (que con los dedos de una mano bastaría para contarlas), la muestra nos resulta bastante insuficiente en su calidad y belleza, a tal punto, que más que una exposición de cuadros, tal parecen como aficionados carteles de cine, anunciando una película de horror y misterio; de horror, porque de ser físicamente fiel a los modelos que han sido pintados en los cuadros, ocasionarían algún que otro infarto por la calle, y de misterio, porque resulta todo un misterio identificar a algunos de los que allí aparecen colgando de las paredes, con lo cual más que una exposición de autorretratos, seria más bien una exposición de personajes de películas de Alex de la Iglesia, pero en versión cutre salchichera.
He querido acompañar a este artículo, con una pequeña muestra de claros ejemplos de lo que digo, valoren y juzguen ustedes mismos.
Y esto es así, porque hasta que los dirigentes de dicha institución, no utilicen la selección y el criterio profesional, como único rasero de la calidad para diseñar y exhibir tales exposiciones, dudo mucho que eso mejore alguna vez, no sé bajo que criterio se hacen estas actividades, pero viendo lo infausto de los resultados, no creo que sean como para sentirse orgullosos de ellos.
El solo hecho de ser miembro de la institución, no tendría porque otorgar el derecho automático a la exhibición de la obra que presentamos para las exposiciones colectivas que organiza el ateneo para sus afiliados, sino solo el derecho a poder participar, además de aceptar la valoración de un jurado cualificado que las seleccione, de ese modo, se garantizaría una mayor calidad de las muestras, y por lo tanto el Ateneo como Institución Cultural, ganaría en consideración y prestigio, convirtiéndose en garante de buena calidad de las actividades que él organiza.
Esto no invalidaría la posibilidad y el derecho, a que cualquier miembro, independientemente de su calidad como creador, pueda solicitar la sala para exponer sus obras en una fecha acordada, pero en ese caso, sería bajo su responsabilidad y como una actividad individual, donde no actuaría mas criterio que el de aquel que exhibe, sin necesidad de “contaminar” a los demás en un espacio común, haciendo muy desafortunada y precaria la calidad de la muestra, como sin duda lo es esta de “Autorretratos” que ahora mismo se exhibe en su sala de exposiciones.
La política cultural no debe entenderse, ni como un compadreo, donde el “pastel” se lo reparten unos pocos, como suele pasar en esta ciudad, ni como un acto de extrema bondad permisiva, donde se equiparen en el reconocimiento al mérito, a aquellos que han dedicado su vida al arte, convirtiéndola en su única profesión, con los que solo la ven como un simple pasatiempo de fines de semana, no es lógico, como tampoco justo. Es por eso que debe existir un control y una selección que actúe como rasero que permita honrar al que trabaja con calidad y estimule a aquellos que aspiran a lograrla. Y son precisamente instituciones como el Ateneo Cultural de Castellón, los que deben velar por este sabio equilibrio de equidad y tener claro su papel de mediador y legislador para llevar a cabo estas políticas.
El Arte y la cultura, son una propuesta de lo elevado en la creación y el pensamiento del hombre, por eso, apostar siempre por la calidad, es sinónimo de prestigio, garantía y distinción, y solo así, instituciones como el Ateneo Cultural de Castellón, podrían alzarse como referente de profesionalidad en las actividades que desempeñen en un futuro y no creo que nadie pueda negarlo, ni estar en contra de tan elevada aspiración. Pero eso solo será posible, si se trabaja con sólidos criterios, desde la ilusión y la profesionalidad, y no actuado como frustrados funcionarios, que solo se preocupan por cumplir un mero tramite en su calendario de trabajo.
Y si alguien tiene alguna duda de lo que aquí expongo, les invito a que se pasen y vean la exposición “Autorretratos” de los Artistas del Ateneo de Castellón, pero eso sí, les advierto, no es apto para personas con problemas de corazón, así que mejor tómense una pastillita por si las moscas.
Hasta la próxima entrega.
Amaury Suárez
Una vez más el Ateneo Cultural de Castellón, situado en la calle Antonio Maura Nº 4, nos regala una de sus exposiciones más representativas del curso; la que recoge las pinturas de sus artistas miembros, con el tema “Autorretratos”, la cual quedó inaugurada el pasado jueves 3 de junio y que en esta ocasión, como en ediciones anteriores, salvando escasísimas excepciones, (que con los dedos de una mano bastaría para contarlas), la muestra nos resulta bastante insuficiente en su calidad y belleza, a tal punto, que más que una exposición de cuadros, tal parecen como aficionados carteles de cine, anunciando una película de horror y misterio; de horror, porque de ser físicamente fiel a los modelos que han sido pintados en los cuadros, ocasionarían algún que otro infarto por la calle, y de misterio, porque resulta todo un misterio identificar a algunos de los que allí aparecen colgando de las paredes, con lo cual más que una exposición de autorretratos, seria más bien una exposición de personajes de películas de Alex de la Iglesia, pero en versión cutre salchichera.
He querido acompañar a este artículo, con una pequeña muestra de claros ejemplos de lo que digo, valoren y juzguen ustedes mismos.
Y esto es así, porque hasta que los dirigentes de dicha institución, no utilicen la selección y el criterio profesional, como único rasero de la calidad para diseñar y exhibir tales exposiciones, dudo mucho que eso mejore alguna vez, no sé bajo que criterio se hacen estas actividades, pero viendo lo infausto de los resultados, no creo que sean como para sentirse orgullosos de ellos.
El solo hecho de ser miembro de la institución, no tendría porque otorgar el derecho automático a la exhibición de la obra que presentamos para las exposiciones colectivas que organiza el ateneo para sus afiliados, sino solo el derecho a poder participar, además de aceptar la valoración de un jurado cualificado que las seleccione, de ese modo, se garantizaría una mayor calidad de las muestras, y por lo tanto el Ateneo como Institución Cultural, ganaría en consideración y prestigio, convirtiéndose en garante de buena calidad de las actividades que él organiza.
Esto no invalidaría la posibilidad y el derecho, a que cualquier miembro, independientemente de su calidad como creador, pueda solicitar la sala para exponer sus obras en una fecha acordada, pero en ese caso, sería bajo su responsabilidad y como una actividad individual, donde no actuaría mas criterio que el de aquel que exhibe, sin necesidad de “contaminar” a los demás en un espacio común, haciendo muy desafortunada y precaria la calidad de la muestra, como sin duda lo es esta de “Autorretratos” que ahora mismo se exhibe en su sala de exposiciones.
La política cultural no debe entenderse, ni como un compadreo, donde el “pastel” se lo reparten unos pocos, como suele pasar en esta ciudad, ni como un acto de extrema bondad permisiva, donde se equiparen en el reconocimiento al mérito, a aquellos que han dedicado su vida al arte, convirtiéndola en su única profesión, con los que solo la ven como un simple pasatiempo de fines de semana, no es lógico, como tampoco justo. Es por eso que debe existir un control y una selección que actúe como rasero que permita honrar al que trabaja con calidad y estimule a aquellos que aspiran a lograrla. Y son precisamente instituciones como el Ateneo Cultural de Castellón, los que deben velar por este sabio equilibrio de equidad y tener claro su papel de mediador y legislador para llevar a cabo estas políticas.
El Arte y la cultura, son una propuesta de lo elevado en la creación y el pensamiento del hombre, por eso, apostar siempre por la calidad, es sinónimo de prestigio, garantía y distinción, y solo así, instituciones como el Ateneo Cultural de Castellón, podrían alzarse como referente de profesionalidad en las actividades que desempeñen en un futuro y no creo que nadie pueda negarlo, ni estar en contra de tan elevada aspiración. Pero eso solo será posible, si se trabaja con sólidos criterios, desde la ilusión y la profesionalidad, y no actuado como frustrados funcionarios, que solo se preocupan por cumplir un mero tramite en su calendario de trabajo.
Y si alguien tiene alguna duda de lo que aquí expongo, les invito a que se pasen y vean la exposición “Autorretratos” de los Artistas del Ateneo de Castellón, pero eso sí, les advierto, no es apto para personas con problemas de corazón, así que mejor tómense una pastillita por si las moscas.
Hasta la próxima entrega.
Amaury Suárez
3 comentarios:
JAJAJAJA, qué pena que ya murió Michel Jackson. Con lo que le costaba al tío conseguir un buen cuerpo de baile, claro, estaban todos en Castellón!!! ánimo, machi, dale duro, :)
Muy interesantes tus reflexiones y comentarios.
De verdad que sí. Yo diría que hasta necesarios para los que amamos el arte y andamos perdidos...
Que razón tienes, YO HE SIDO TESTIGO!!
Estoy dispuesta a seguir luchando por el arte y el trabajo que conlleva.
Un abrazo.
Publicar un comentario