Estimados lectores.
Nacho Puerto |
Una vez más resulta muy
placentero disfrutar de esta nueva exposición del grupo Figuración XXI. El
resultado de las obras de estos jóvenes creadores, actúa como virtuoso referente
que vuelve a encumbrar al término “profesional”, pues sin lugar a duda, estos saben
acometer su trabajo con capacidad y eficacia, y no solo por los aspectos técnicos
y de discurso que con meridiana claridad podemos constatar en sus obras, sino
por el rigor que han mantenido desde el inicio de su constitución, apostando siempre
por la calidad tanto de la forma como del contenido en el arte que realizan, y no
menos importante también, por la seriedad y coherencia con los objetivos planteados
en su manifiesto, convirtiéndolos en un “producto” de notable calidad,
distinción y altura intelectual.
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Raquel Lara |
Llevaba mucho tiempo esperando
ver en Castellón un grupo de creadores plásticos, cuyo pretexto de formación se
equiparara a los de aquellos artistas que recoge la historia del arte, donde
los objetivos de constitución, respondían a una intención intelectual elevada y
de verdadera admiración y sintonía con el arte, tanto por sus propuestas, como también
por los cuestionamientos que se hacían desde su condición de creadores. Y no como
ocurre por estos lares, por esos ilógicos, o cuanto menos “curiosos” aspectos como:
el de la residencia común de sus miembros en un barrio o municipio, la de afinidades
personales o de otro tipo, que puedan generar un buen “rollito” en el grupo, o incluso
por la similitud de género de sus miembros, (o como dijera una “ilustrada”
ministra del pasado gobierno, de sus “miembras”) como si algunas de estas
causas o motivaciones, tuvieran algún peso, distinción o coherencia conceptual con
objetivos estrictamente artísticos, o con una propuesta seria y rigurosa que
ayudara realmente a elevar un conocimiento o resultado de valor cultural. Hasta
ahora, siempre han sido grupos donde el nivel y la calidad de las obras y también
la de sus miembros (salvo raras excepciones) resultan más propios de colegas
aficionados al arte, “amiguitos” simpáticos que buscan notoriedad, usurpando
una condición o profesión que no tienen y que muchos de ellos desconocen, por
lo que los objetivos y las motivaciones de constitución, poco o nada tienen que
ver con lo que debe distinguir a una actividad artístico- creativa sensata, que
ayude a elevar el nivel de discurso y propuesta, pero sobre todo, que se
distinga por la calidad de un grupo de personas vinculadas a la noble actividad
de la creación en el arte.
Carlos Asensio |
Soy testigo de que ir de
“artista” por la vida, sobre todo en ciudades o pueblos vinculados
históricamente a la actividad rural, (siempre digna) es a veces muy rentable en
términos de aceptación social. Se suele mirar al “personaje” como un ser raro, diferente,
tocado por la mano de Dios, románticamente alocado e hipersensible con el mundo
que lo rodea, en fin, alguien de una fragilidad emocional al que muchas veces
se le perdona algunas normas de elemental educación, convivencia y de cumplimiento
de la ley. Personas a los que se les puede llegar a justificar algunas actitudes
psicóticas, como recientemente ha ocurrido en esta ciudad llegando a ser incluso
motivo destacado de divulgación por la prensa, donde vimos a nuestro más
insigne e importante “artista” de todos, al señor Juan Ripollés, hablar de
manera compungida con su escultura yaciente, la que por causas de la fuerte acción
del viento, puso en evidencia un fallo de cálculo en su estructura y esta cayó
sobre su base. Tal desgracia provocó un “curioso” diálogo de su autor con la
obra, donde esta (la escultura) no solo le escuchaba, sino que además le respondía
y le aconsejaba sobre la mejor manera de ser nuevamente colocada
compositivamente en la rotonda donde había sido emplazada, según informaba su
afligido autor a los medios. Al parecer un ejemplo más de esa “sensibilidad”
paranormal que algunos aún justifican con su condición de “excepcional artista”
y que en mi opinión, sólo responde a una de sus tantas patochadas y una magna
desvergüenza, carente de toda profesionalidad y sentido ético, pero en fin, el
público en general sigue disculpando cosas como esta y sigue viéndolo y
aceptándolo como algo propio de “artistas”. Creo que la ignorancia también
merece un retrato. Igualmente he pensado que tanto Hollywood, como la
literatura “romance novel” de poca
monta, han hecho mucho daño en este sentido y tal vez sea porque tanto los
directores de cine, como los cursis literatos de novelas rosa, no saben muy
bien como se crea la imagen de un cuadro, o de una escultura y ante tal desconocimiento,
sólo han aportado el cliché de personajes caricaturescos.
Esmeralda Dominguez |
Pero afortunadamente hoy
Castellón cuenta con un grupo de jóvenes creadores como Figuración XXI, que a
pesar de los pesares, de la crisis imperante (causada a veces más por la
incapacidad intelectual, los turbios chanchullos políticos y la insensibilidad humana,
que por la falta de medios) se imponen con calidad técnica y altura intelectual.
Un grupo que nos ofrece obras, que aún siendo susceptibles de mejoras, ya
poseen un resultado con el que sentirse orgulloso, no solo por aquello que
corresponde y distingue al grupo, sino también por lo que éste puede representar
para la cultura castellonense. Ahora solo hace falta que los que ostentan el
poder, esos que diseñan las políticas culturales de la región y conceden mérito
y valor, a los que a veces no lo tienen, le otorguen la consideración y
promoción necesaria para que a este grupo de creadores les llegue más temprano
que tarde el reconocimiento. Creo que sería una acción de justicia y sobre todo
de sensatez; seguro estoy que les será mucho más rentable (teniendo en cuenta
la verdadera calidad de este grupo), que aquella empleada con otros, que de
“artistas” solo tienen esa caricaturesca pose que tanto gusta representar, cual
actores de comedia, a personas esnob, “friquis” y demás patéticos especímenes,
eso de los que a veces veo deambular de un lado para otro, haciéndose ver en
eventos culturales de todo tipo, aunque cuando les preguntas de qué trataba la
actividad o de qué tema se hablaba en la conferencia, no sepan muy bien que
responder. Pero ya sabemos que para estos “artistas”, eso carece de importancia,
su mayor interés siempre es que se les vea, ya que con eso siguen manteniendo
su singular condición y su reconocida popularidad.
Por todo lo aquí expuesto, espero
que no dejen de ver esta nueva entrega del grupo Figuración XXI, la cual permanecerá
abierta al público hasta el día 23 de marzo, y que podrá visitarse en los
horarios acostumbrados. Seguro estoy que sabrán valorar la indiscutible calidad
de estos jóvenes creadores y así podrán comprobar que Figuración XXI es un
grupo que marca la diferencia.
Hasta la próxima entrega.
Amaury Suárez.