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01 abril 2012

Con lenguaje de pintor.

Estimados lectores.

Hoy como en pocas ocasiones, tengo el gusto de hablarles de una exposición de gran calidad, gusto y rigor técnico la cual quedó inaugurada el pasado martes 27 de marzo en el Centro Cultural Provincial de las Aulas de nuestra ciudad. Me estoy refiriendo a la del pintor ibicenco Carles Guasch (Ibiza -1976) que en esta ocasión nos presenta un selecto conjunto de obras que responden a su trabajo más reciente. La muestra con más de 30 piezas que abarcan diferentes formatos y soportes, son poseedoras de una amplia variedad de recursos y procedimientos técnicos con una magnifica ejecución como el collage, los grafiados y las texturas, algo que constata la maestría y rigor técnico de este autor. Su fructífera trayectoria artística que abarca desde su etapa de estudiante a más de 20 años de trabajo, se ve avalada por diversos eventos y actividades culturales tanto en su ciudad de origen, como en otras zonas de España y el extranjero donde este artista ha participado, así como por varios premios y reconocimientos que a lo largo de su carrera le han hecho acreedor de un merecido prestigio.

Refugiado en el siempre sugerente lenguaje de la atracción, concretamente en el de la abstracción matérica, Carles Guasch rememora la atmósfera vanguardista que se enmarca en aquellos referentes del expresionismo abstracto norteamericano, con artistas como: Hans Hofmann, Franz Kline o Barnett Newman, en el informalismo matérico de Dau al Set (Dado en el número siete) con Joan-Josep Tharrats, Modest Cuixart y un jovenzuelo e introvertido Antoni Tàpies y por ultimo en la experiencia abstracta que nos legó el grupo El Paso con obras referentes de los artistas Rafael Canogar, Luis Feito y el canario Manolo Millares entre otros, todos ellos haciendo del recurso plástico y la expresividad matérica, el único lenguaje que justifica tanto el discurso como el valor estético de la obra.

En la obra de Guasch esa herencia informalista se ve tratada si cabe, en un sentido más cuidado de lo estético, haciendo de la inconexión y multiplicidad aparentemente caótica de los recursos y materiales, un hermoso resultado de gran lirismo y orden estético, donde el manejo del gesto controlado y la expresividad visual que aporta la materia añadida, enfatiza en las composiciones la sobriedad y el equilibrio que tributan los planos y volúmenes que sobresalen de la planimetría del soporte. Como si de un estructuralista se tratara, Carles Guasch pretende el juego de las estructuras geométricas (principalmente cuadrados y rectángulos) a través de las cuales se produce el significado del concepto de obra, que se extiende e ilustra una intención o lectura determinada y por consiguiente una cultura. De ese modo, todo el orden general de las composiciones encuentra no solo una relación entre las partes, sino un estrecho vínculo con ellas, que trasciende en su esencia de discurso y de equilibrios.

El reiterado uso de los azules profundos en su obra, nos habla del habitad cercano, el circundante, el del origen; de aquel que siempre está presente en el sentir de un isleño y que aporta a la imagen ese misterio visual que hábilmente este pintor armoniza con los blancos luminosos, atribuyéndole en sus cuadros, dependiendo de las composiciones, un mayor o menor protagonismo de áreas, haciendo de tan hermosa comunión un resultado que se sustenta tanto en la lírica del recuerdo, como en la emoción espiritual de ese instante que permanecemos frente a la obra.

Para concluir, solo quiero apuntar que en muy pocas ocasiones se ha tenido la posibilidad de aprender disfrutando con ejemplos de abstracciones como esta en nuestra ciudad, y que gracias al talento y al buen hacer del Ibicenco Carles Guasch, hoy podemos ser testigos de tan placentero momento. Con obras muy cuidadas en su aspecto técnico y también muy pensadas en esa difícil propuesta que hace diferente hoy en día a un pintor abstracto, haciendo del lenguaje del pintor y para pintores, una clase magistral de sus amplias posibilidades técnicas y de recursos; sin florituras ni alardes, sin adornos que deslumbran con falsos brillos, sin discursos confusos llenos de esnobismo y excentricidades, pero sí con serenidad, emoción y en silencio, algo que suele ocurrir siempre que estamos en presencia de ese hermoso escenario de olor a sal, viendo amanecer el día en la orilla de una playa de Ibiza o de mi querida y lejana Habana.

La muestra permanecerá abierta al público hasta el 21 de abril en los horarios comprendidos de lunes a sábado, entre las 10:00 y las 14:00 horas en las mañanas y de 17:00 hasta las 21:00 horas en las tardes.

Hasta la próxima entrega

Amaury Suárez.

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