El pasado jueves día 13 quedó inaugurada en la sala de exposiciones del centro cultural Castalia Iuris de nuestra ciudad, la exposición titulada "Más allá de lo real" del joven pintor Carlos Asensio Sanagustín (Castellón - 1986). Licenciado en Bellas Artes y Máster en Producción Artística por la Universidad Politécnica de Valencia. Posee diferentes premios y reconocimientos entre los que destacan: Primer premio en el I Concurso de Dibujo Retrato Rockanrolero en Madrid en el año 2009, Primer premio en el V Concurso de Pintura de la Juventud de Castellón en el año 2010 y el Premio Ribalta en el LXVII Concurso y Exposición Internacional de Arte José Camarón (Segorbe, Castellón) entre otros. Su obra además forma parte de importantes colecciones nacionales destacándose la del Museo Europeo de Arte Moderno y Contemporáneo de Barcelona, el cual ha adquirido recientemente una de sus obras.
Al margen del aval académico que sin duda respalda a este joven pintor, son pocas las ocasiones que he tenido desde que escribo en este blog, para hacer una valoración desde el placer, la admiración y el respeto que me merece la obra de un creador, (sea esta la de un licenciado o no), como ocurre en el caso que nos ocupa. Y no es solo porque me considere una persona exigente con la calidad técnica y las propuestas que debe distinguir a un creador plástico, (que también), sino porque teniendo en cuenta el gran número de esos “artistas” que como champiñones en temporada suelen aparecer con frecuencia por estas tierras, son realmente pocos los ejemplos que pueden presumir de tan alta calidad en el resultado del trabajo, como el que podemos apreciar en la obra de Carlos Asensio, siendo sin duda uno de esos honrosos y escasos ejemplos que rara vez podemos encontrar en el panorama plástico-cultural castellonense.
Pintor moderado y sereno, de admirable humildad, que siempre ha preferido dejar que su obra sea la única protagonista, mientras que él permanece en su apreciado escenario de reflexiva discreción, algo muy diferente a lo que suele ocurrir con alguno de esos populares “artistas” del terreno, que no solo se disfrazan de bufón, sino que lo único que son capaces de mostrarnos es su vacía vanidad, por no tener otra cosa mejor que exhibir. Porque si es cierto que hay muchas formas de pintar, se necesita también mucha dedicación, constancia y rigor, para pintar bien, independientemente del lenguaje, genero o tendencia que se elija.
Pero analicemos la exposición de Carlos Asensio que es lo que realmente nos interesa y valoremos si efectivamente se pretende ir más allá de lo real….
Para empezar debo decir que estamos en presencia de un pintor realista, con clara referencia a un naturalismo costumbrista, donde el rigor y perfeccionamiento de los aspectos técnicos del oficio, resulta ser condición “sine qua non” para que la obra pueda ser considerada en alta distinción valorativa o lo que es lo mismo, un pintor que realiza su obra con arreglo a las normas que dicta el buen dibujo y el ajustado color bajo un concepto académico; género del que deben abstenerse esos modernos “artistas”, Naif e Informalistas de todo tipo, pues estas reglas no les competen en absoluto.
Digno continuador de la huella de grandes contemporáneos en este lenguaje, como: Sophie Jodoin, Lucian Freud, el burrianense Vicente Traver Calzada y el insigne maestro Antonio López; Carlos Asensio ha sabido madurar, buscando la anhelada perfección de la técnica con un resultado que lo equipara muy dignamente a tan ilustres referentes. El cuidadoso tratamiento del color, unido al exquisito uso del dibujo, desemboca en unas obras de refinada elegancia y belleza formal, donde cada centímetro del cuadro ha sido tratado con escrupulosa meticulosidad e interés en los detalles, algo que provoca tanto en el público, como en los especialistas, una entusiasta admiración y reconocimiento al contemplarlo. Los motivos que trata en su pintura son amplios y muy variados, algunos de ellos, rigurosos estudios para retratos, donde el dibujo deja patente no solo su cardinal importancia, sino la certera habilidad de su autor para lograr los singulares parecidos, otros, objetos de humilde y culinaria realidad familiar, mucho más intima y cotidiana, como una cabeza de pescado preparada para realizar un buen caldo, o unos ajos secos de lozano cromatismo, aves que esperan su turno para ser incluidas en el menú del día, o una desollada cabeza de cordero, dispuesta a coronar un buen asado, son algunos de los motivos elegidos por este creador, que les hace encumbrar con su oficio de pintor, a un estrato superior de arte y belleza. Luego están aquellos cuadros, los que ilustran su última etapa de trabajo, que manifiestan mayor complejidad compositiva y de discurso, y que representa a esos paisajes urbanos de cercana y conocida referencia, que hábilmente Carlos Asensio compone en una visión fragmentada y un tanto calidoscópica o cubista en su forma, haciendo de ellos un hermoso resultado de aquellos rincones de nuestra ciudad, que tantas y tantas veces, pasamos inadvertidos sin reparar en su belleza
Sin duda esta exposición de Carlos Asensio Sanagustín resulta ser un agradable bálsamo para nuestros ojos, algo que solo es posible, cuando estamos delante de un virtuoso resultado. Quizás hoy en día alguien pueda pensar, que con tantos avances tecnológicos y teorizaciones varias, que hacen cada vez más complejo y difícil el sano disfrute del arte, “ir más allá de lo real”, con un concepto tradicional del “hacer” en pintura, pueda resultar cuanto menos, algo difícil o pretencioso, pero cuando un creador antepone la constancia, el rigor y un sereno y reflexivo análisis de lo que se hace, los medios seguirán siendo medios, y el fin último alcanzará cuotas de mayor trascendencia. Es por eso que para un pintor como Carlos Asensio Sanagustín, racionalmente inconforme con los resultados, buscando desde la serenidad las nuevas propuestas y la perfección del oficio, amante y defensor de un lenguaje realista, seguirá renovándose con cada exposición, en una imagen fresca y hermosa de la realidad, porque como alguien dijo una vez, “realismo no es hacer las cosas reales, sino la realidad de las cosas”.
Para concluir debo decir que a pesar de los magníficos resultados que se pueden apreciar en esta exposición, no se puede hablar aún de una personalidad pictórica definida, y aunque ya se puede intuir un glorioso camino de éxitos, es necesario y también conveniente que el tiempo juegue su papel de sabio decantador de madurez y experiencia; predecir el futuro es solo un acto de pitonisas y farsantes, y a veces ambas cosas coinciden. Es por eso que aún recomendando sinceramente a todos esta magnifica exposición, aún cuando estoy convencido que las cuotas de disfrute serán altas y muy estimulantes, hay cosas que debe valorarse con una cierta perspectiva en el tiempo. Sería un error hablar hoy de una obra terminada y madura de este pintor, su juventud no lo acredita, como tampoco mis años de experiencia lo permitirían. No obstante a ello, sería un lamentable error que no se visitara esta excelente muestra, la cual permanecerá abierta hasta el 9 de Enero en los siguientes horarios: de lunes a jueves de 9:00 a 14:30 y de 16:30 a 19:00 horas. Viernes de 9:00 a 14:30.
Hasta la próxima entrega.
Amaury Suárez
2 comentarios:
Lo dicho, que un artista ni nace ni se hace, se deshace... en su obra y es ella la que habla por él.
Aunque pudiera parecer un curioso juego de palabras, muy al estilo “Telegrames de Joan Feliu”, esa frase puede encerrar una gran verdad que no siempre es comprendida y asumida por todos los creadores. Particularmente creo en la constancia, el rigor y la experiencia del trabajo para llegar a dignos resultados, luego, dejar que ellos hablen por uno. Otros prefieren solo presumir y aparentar de aquello de lo que su trabajo carece y lo más curioso y sorprendente de todo, es que a veces logran engañar, aunque eso sí, por poco tiempo… Un abrazo y gracias por tus palabras, siempre esperadas en este blog.
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